La experta nutricionista Eleonora Puentes concedió una entrevista a la Revista “Buena salud” en la que mencionó algunos tips y consejos con respecto al consumo de la carne de pollo, aquí te los compartimos, corre por el lápiz y papel.
En primer lugar puso énfasis en que el pollo es un alimento de fácil digestión y gracias a que su tejido conectivo es más fácil de desintegrar y digerir que la carne vacuna es bien tolerado por quienes tienen trastornos digestivos.
Al elegir un pollo se debe comprobar que la piel sea lisa y tersa, que no esté pegajosa y que no presente manchas. Algunas señales de que el pollo no está fresco son los reflejos verdosos o violetas, o el extremo de las alas oscurecidas.
Los pollos industriales contienen más hormonas, estrógenos, que tienen por fin acelerar el aumento de peso de estas aves. En este caso, la carne tiene un sabor más suave y de color más pálido que los criados en granja o zonas rurales. Debemos tener mucho cuidado con esto pues, las hormonas son perjudiciales para el organismo humano, y hasta son capaces de provocar cáncer de mama, pubertad precoz y problemas relacionados.
Frente a esto, la especialista recomiendo reemplazar estos pollos por unos más pequeños de (2 kilos o inferior). Existen empresas industriales que cumplen esta labor y que además garantizan la seguridad de no contener hormonas, en este caso, está la empresa Avinka marcando una pauta de calidad necesaria.
La empresa Avinka tiene un cuidado similar al de las granjas o empresas rurales en donde crian a las aves en espacios amplios como gallineros y los alimentan con granos por lo que desarrollan más músculos y menos productos grasos, por ende, su carne es más firme y sabrosa. La nutricionista recomienda elegir este tipo de pollos.
Un punto a tener en cuenta es la conservación: el pollo sin eviscerar solo se mantendrá 24 horas en el refrigerador, los que están sin vísceras dos días, el pollo cocido de tres a cuatro días y en el freezer de 6 a 8 meses.
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